Efemérides

13 de febrero de 1633

Galileo Galilei llega a Roma para ser juzgado ante la Inquisición por el inquisidor Vincenzo Maculani. A lo largo del juicio, Galileo se mantuvo firme en que desde 1616 se había mantenido fiel a su promesa de no llevar a cabo ninguna de las opiniones por las que se le había condenado, e incluso inicialmente se negó a defenderlas. Sin embargo, fue persuadido a admitir finalmente que, contrario a su verdadera intención, un lector de su Diálogo (Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo) bien podría haber obtenido la impresión de que estaba intencionado de ser una defensa del copernicanismo. En vista de la inverosímil negación de Galileo de haber tenido ideas copernicanas o de incluso intentar defenderlas en el Diálogo después de 1616, en el interrogatorio final en julio de 1633, se concluyó con una amenaza de tortura en caso de no decir la verdad, pero mantuvo su negativa a pesar de la amenaza. La sentencia de la Inquisición fue emitida el 22 de junio, con tres partes esenciales:

  • Galileo fue encontrado “vehementemente sospechoso de herejía”, es decir, de haber mantenido la opinión de que el Sol está inmóvil en el centro del universo, que la Tierra no está en el centro y se mueve, y que uno puede sostener y defender una opinión como probable después de que haya sido declarada contraria a la Sagrada Escritura. Fue obligado a “abjurar, maldecir y detestar” esas opiniones.
  • Fue condenado a prisión formal a placer de la Inquisición. Al día siguiente, esta fue conmutada por arresto domiciliario, en el cual permaneció el resto de su vida.
  • Su ofensivo Diálogo fue prohibido; y en una acción no anunciada en el juicio, la publicación de alguna de sus obras estaba prohibida, incluidas las que pudiera escribir en el futuro.

De acuerdo a una leyenda popular, después de retractarse de su teoría de que la Tierra se movía alrededor del Sol, Galileo supuestamente murmuró la rebelde frase “Y sin embargo se mueve”, pero no hay evidencia de que él realmente haya dicho esto o algo similar.

El 31 de octubre de 1992, el Papa Juan Pablo II expresó su pesar por cómo fue manejado el caso Galileo, y emitió una declaración reconociendo los errores cometidos por el tribunal de la Iglesia Católica que juzgó la posición científica de Galileo Galilei, como resultado de un estudio realizado por el Consejo Pontificio para la Cultura.

Imagen: Galileo enfrentando la Inquisición Romana (Cristiano Banti, 1857)

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