Gustavo Rosas

Etapas

Algo que generalmente no se reflexiona, cuando se decide perseguir un propósito, es que no es el mismo el que inicia el viaje que el que llega al destino.

El viaje te cambia sin que lo percibas.  Los que te dejan de ver algún tiempo lo notan de inmediato, tú mismo de pronto, en un acto de conciencia, te das cuenta de que ya no te saben igual las cosas.

¿Qué cambió? Tú cambiaste.

Muchas veces pensé hace años, que llegando a esta edad que tengo tendría dominado lo que me abrumaba, en cierto modo es así, pero no tenía claro que algunas cosas “se dominaron solas” (por así decirlo) ya que actualmente no me afectan igual, y por lo tanto no cambiaron los sucesos sino que fui yo el que cambié.

Algo que sí me queda claro, hasta hoy, es que en la vida no hay un destino sino una serie de viajes.  No se llega, se viaja.  Lo que algunas veces parece un viaje en círculos por la vida es realmente un viaje por un camino que circunda a una montaña, cada vuelta te da un mejor panorama y ninguna vuelta es igual a la anterior.

Sabiendo que los cambios son inconscientes, y que no todos los cambios son para mejorar, es que hoy pienso en cómo me ha cambiado el viaje.  ¿Este cambio me cura o este cambio me duele?

Hoy tengo mucho que pensar… ya te iré contando.  Reviso mi mochila y no he perdido la esperanza con la que inicié el camino.  No la pierdas.

Te escribo a ti porque se que estás viendo, desde tu camino, las mismas estrellas que yo puedo ver desde el mío.

Ánimo.

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Gustavo Rosas Goiz
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Lo mío es contar, por eso cuento lo que se cuenta. Lo que sé: cuenta.

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