Crecer duele. Tensión, diálogo y crecimiento son las fases del ciclo del desarrollo en las organizaciones y en las relaciones, Carlos Llano hace un análisis amplio de este tema en su libro “El pos modernismo en la empresa”. Te confieso que siempre he tratado de escapar a las confrontaciones, que no me gustan las discusiones y que prefiero llevar la fiesta en paz (otro día te platico sobre mi perfil psicológico y sus bemoles), sin embargo me pasa lo que le dijo el maestro Shifu al Kung Fu Panda: ” todo mundo encuentra su destino en el camino que toma para evitarlo”, no es que crea en el destino pero sí creo en que nadie puede evitar las tensiones, aunque lo intente, cuando quiere progresar y crecer.
Poco se habla de la tensión cuando se está planeando un proyecto, eso que conocemos como “hacer cuentas alegres” es uno de los ingredientes de la decepción, el músculo debe tensarse para crecer y lo mismo las personas y las organizaciones, esa tensión yo la siento en la boca del estómago y me dan ganas de sentarme a decir “estoy cansado de esto, he trabajado mucho tiempo y no puedo todavía evitar estos momentos”, luego caigo en la cuenta de qué son inevitables y lo peor es que son necesarios, barrer el polvo bajo la alfombra no es limpiar la casa. Ni modo.
Pero para crecer el ciclo exige pasar al diálogo, “que la discusión sea sin ira” sentenciaba San Ambrosio, diálogo y no monólogo, se trata de escuchar y de hablar, pero no al mismo tiempo, se trata de buscar el momento y no evitarlo porque no se es capaz de contener la frustración o el enojo, estar disponible para el diálogo me oprime el pecho porque entiendo que diré lo que no me parece pero también escucharé lo que hago mal, al final de una buena plática no siempre quedo tranquilo porque a veces resulta que descubro que soy yo el que echa el polvo bajo la alfombra… cuando las personas ya no pueden platicar entonces la relación llegó a su fin.
Insisto, crecer duele, pero no existe otra opción para vivir. Atrofiar el crecimiento en pos de una aparente calma es un desperdicio para las posibilidades que cualquier persona tiene. Cuando el ciclo del crecimiento se repite continuamente, de manera sana, los frutos son abundantes. No es fácil pero es posible.
Ánimo, todos podemos crecer.
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Gustavo Gracias por enriquecer mi vida!