7 de diciembre de 1941

Es bombardeada la base naval en Pearl Harbor, Hawaii, en un ataque sorpresivo realizado por la Armada Imperial Japonesa. Dicho ataque pretendía ser una acción preventiva para evitar la intervención de la Flota del Pacífico de los Estados Unidos en las acciones militares que el Imperio Japonés planeaba realizar en el Sudeste de Asia contra los territorios ultramarinos del Reino Unido, Holanda y los Estados Unidos. La base fue atacada por 353 aeronaves japonesas, bombarderos y torpederos en dos oleadas, lanzados desde seis portaaviones. Los 8 acorazados de la naval estadounidense fueron dañados, cuatro de los cuales fueron hundidos, 188 aeronaves fueron destruidas, murieron 2,402 estadounidenses y 1,282 resultaron heridos. Las instalaciones importantes como la estación de energía, los astilleros, las instalaciones de mantenimiento, de combustible y de almacenamiento de torpedos, no fueron atacados. El ataque produjo una profunda conmoción en el pueblo estadounidense y llevó directamente a los Estados Unidos a entrar en la Segunda Guerra Mundial, tanto en el escenario Pacífico y el Europeo. Al día siguiente, los Estados Unidos le declaran la guerra a Japón. La falta de una advertencia formal, en especial mientras las negociaciones aparentemente seguían en curso, llevó al presidente Franklin D. Roosevelt a proclamar el 7 de diciembre de 1941 como “una fecha que vivirá en la infamia”.