Silvino Vergara

Los evasores fiscales: ¿nacen o se hacen?

“Explíqueme por favor,
Si se readaptan los delincuentes,
Nosotros ¿de que vivimos?”

Elías Neuman

Una de las preguntas que se han mantenido en la historia de la humanidad sin resolver, consiste en la siguiente; Los infractores de las leyes, los que comenten delitos, ¿Son sujetos que nacen con esta tendencia, -teoría del criminal nato- o bien, se van moldeando para llegar a cometer ilícitos debido a sus relaciones en la sociedad, en el medio en que se desarrollan, las condiciones sociales, etc.? –teorías de la socialización deficiente- Así tenemos que, para los primeros, quienes cometen los delitos y las infracciones se debe a que nacen, pues así lo sostenía Cesare Lombroso (1836-1909); “Nacen sin que en el seno materno se haya completado el ciclo evolutivo, …son feos, tienen mucho cabello,… de frente huidiza,…orejas en asa, mujeres barbudas…enorme fosa occipital media…”, (ZAFFARONI, Eugenio Raúl, “La Palabra de los Muertos” Buenos Aires, 2011) lo cual dio como consecuencia la deformación del derecho, en derecho penal “del autor”, es decir, se castiga a los sujetos por lo que son, y no por lo que hacen. Por su parte, quienes consideran que los infractores y delincuentes se hacen, debido a la sociedad en que se desarrollan, a sus condiciones económicas, sociales, en resumen; “La sociedad no facilita al individuo los medios necesarios para conseguir de forma lícita los fines que esa misma sociedad considera como la meta ideal que debe alcanzarse” (HASSEMER Winfried, MUÑOZ Conde Francisco, “Introducción a la Criminología y a la Política Criminal” Tirant Lo Blanch, Valencia, 2012) esto es, bajo los principios que sentencian: “Todo el mundo es culpable, menos el criminal” o bien, “Las sociedades tienen los delincuentes que se merecen”. Sin embargo, poco se ha estudiado y abundando en una tercera posición, consistente en que; los infractores y delincuentes los hace el propio Estado por medio de sus leyes, pues existiendo una actividad licita legislándola se convierte en ilícita, desde luego que, inmediatamente quienes en un principio realizaban una mera actividad libre, se convierten por el cambio de la ley, en un infractor por ejecutarla, y pudieran ser ejemplos de ello; las actuales disposiciones fiscales y administrativas, a saber: Debido a que se estableció el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios a los alimentos no básicos, un productor artesanal de paletas de hielo, de dulces, o una simple panadería, de no inscribirse en el Registro Federal de Contribuyentes como obligado y, el no pagar ese impuesto, comete una infracción e incluso un delito, lo mismo sucede al que actualmente enajena mascotas, o alimento para las mascotas de no inscribirse y pagar el Impuesto al Valor Agregado, y así, podemos seguir con aquel que no expide sus comprobantes fiscales digitales por internet, y en la Ley Federal para la Prevención e Identificación con operaciones de procedencia ilícita, el que recibe el pago por la venta de un vehículo con un valor mayor a $207,000.00, en efectivo, si lo llevó a cabo en el mes de agosto de 2013, estaba permitido, en otras palabras, era una actividad lícita, pero si lo enajenó en septiembre de ese mismo año, comete una infracción y por ende, es sujeto de una multa de $647,000.00 a $4,210,000.00, Con esto, pareciera que los infractores no nacen, ni tampoco, se hacen por la simple sociedad en que se desarrollan, sino que el Estado los hace, determina en su legislación quienes son delincuentes y que sujetos no lo son, en razón a sus propias tendencias, y a su interés, en ejercicio de su política criminal, como cita al respecto J. Simon; “Las personas de bajos recursos o pertenecientes a una minoría son las más perjudicadas por los cambios impulsados por el gobierno a través del delito” (SIMON, Jonathan, “Gobernar a través del delito” Gedisa, Barcelona, 2011) Entonces, pareciera que la tendencia es esta tercera posición, a la que se denomina: “criminología crítica”, la cual su problema es que el precursor es K. Marx, y desafortunadamente de él, la posición actual es que; “todo huele mal”, cita la tesis: “Una ley que tiene la función de imponer los intereses político-económicos de la clase dominante frente a los intereses de la capa socialmente inferior de un modo desproporcionado y, al mismo tiempo formalmente legítimo” (HASSEMER Winfried, MUÑOZ Conde Francisco, “Introducción a la Criminología y a la Política Criminal” Tirant Lo Blanch, Valencia, 2012) Entonces, si la inclinación es sobre esta tercera vía, se presenta una segunda pregunta; ¿Cuál es la intención de crear delincuentes por parte del Estado? A lo cual extraordinariamente responde Zaffaroni: “Si los delincuentes no existieran habría que inventarlos. Una fantasmagórica huelga general de delincuentes, veríamos que se derrumbaría todo el sistema: se volverían inútiles los seguros, los bancos, las policías, las aduanas, las oficinas de impuestos, etc. Sin duda habría una verdadera catástrofe.” (ZAFFARONI, Eugenio Raúl, “Cuestión Criminal.” Planeta, Buenos Aires, 2012) pareciera que esa es la respuesta en el mundo pos moderno, los infractores y los delincuentes no nacen, ni se hacen por la sociedad, se inventan por el Estado que requiere urgentemente de una justificación para su existencia, debido a la crisis para contar con razones suficientes de su presencia en el presente de la humanidad.

Silvino Vergara Nava
Silvino Vergara Nava
Doctor en Derecho por la Universidad Panamericana, y la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Litigante en materia fiscal y administrativa. Profesor de Maestría en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la Escuela Libre de Derecho de Puebla.

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