Rosendo Rosas

Dios no duerme

Día 3.

La mañana del 24 de abril volamos de Córdoba a Buenos Aires muy temprano para hablar con el Contador de Buenos Aires que liderea el proyecto de la nueva empresa en Argentina.

Llegamos a su oficina en el corazón de Buenos Aires, el pleno centro, que por cierto lo están arreglando actualmente. Saludamos al Contador y con él nos fuimos al banco por que esperábamos una transferencia importante para poder continuar con el proyecto. En Argentina el ingreso de dinero del extranjero está muy restringido por los problemas inflacionarios que se viven actualmente.

Nosotros llevábamos una idea de que el viernes 26 se nos liberarían unos fondos importantes para acabar de adquirir parte de la maquinaria. luego luego sentándonos nos reciben con la noticia que el instrumento que habíamos escogido tardaría un mes en poder disponerse. En ese momento los directivos españoles, el contador Argentino y yo sentimos clarito clarito como si anduviéramos en bicicleta (pero sin el asiento), por que nos revolvimos en la silla y ya no encontrábamos acomodo.

Eso nos derrumbó, pero al mismo tiempo sentí como la vida nuevamente me ponía un reto. Se que trabajo poco y cobro bien en la firma, así que pensé – este es el momento para que mis hermanos vean que valgo lo que peso en oro-, así que me dije: “Rosendo, eres un ser de excelencia, soluciona esto”. Comencé a formular preguntas al ejecutivo del banco aquí en Argentina que me permitieran vislumbrar alguna alternativa para poder solucionar el problema que me había hecho viajar más de 7,000 km. Entre tanta pregunta nos dejó ver una solución al problema. Esta situación la canalicé de inmediato en una posibilidad, así que lo primero que hice fue llamare a mi Hermano, socio y guía, a mi orientadora contable, cuya mayor habilidad es orientarme como si fuera su hermano menor, mi hermana y, a la mujer que me espera, comparte conmigo todas mis aventuras y busca mi Santidad, Mi mujer.

Se tenía que hacer unos contratos y ratificar las firmas con un Escribano (Notario), lo primero que pensé – Es el momento de actuar-. Lo segundo que pensé -me voy a desvelar-. Ya tenía tiempo que no me había desvelado de trabajo, pero esa noche estaba dispuesto a dejar lo mejor de mí. Le platiqué a mi hermano que me tenía que desvelar y me dijo sabiamente “no te preocupes Dios no duerme”, así que dije, si nuestro Director va a trabajar esta noche conmigo no estaré solo, me puse a trabajar y logré terminar mis contratos a las cuatro de la mañana, el avión salía a las 9:00am, por lo que no podría bajar la guardia.

Llegue a Buenos Aires a las 10:00 am dispuesto a vencer o morir…

Rosendo Rosas Goiz
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Rosendo Rosas Goiz
13 veces IRONMAN 70.3, maratonista, amante de los perros. Fundador de la Comunidad del Conocimiento A.C. Maestro y especialista en Derecho Fiscal, Contador Público Certificado y Abogado.

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