Dr. Silvino Vergara Nava
“Esos miserables habrán asesinado al hombre,
pero no han podido matar la idea”.
15 de abril de 1919
Proclama política de los revolucionarios
Zapatistas a los cinco días del asesinato del
General Emiliano Zapata
Las últimas palabras de la Proclama política al pueblo de México, pronunciada por los revolucionarios zapatistas a cinco días de la muerte de Emiliano Zapata, en abril de 1919, fueron “hasta vencer o morir”. La revolución del Ejército libertador del Sur fue de diez años aproximadamente y, a diferencia de las restantes revoluciones de la propia revolución mexicana, el propósito de las batallas de los zapatistas estaba claramente establecido en el Plan de Ayala, el cual fue firmado en el Estado de Puebla en noviembre de 1911, cuyo pensamiento perneó hasta nuestros tiempos, ya que en este 2019 se cumplen 25 años del levantamiento extraordinario, valiente e inesperado del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, que, a la fecha, sigue exigiendo los derechos que dieron origen a su sublevación, y que, desafortunadamente, después de estos 25 años, siguen demandando lo que no ha cumplido ninguna de estas administraciones públicas que ha transcurrido en todo ese tiempo. Bien pareciera que los derechos fundamentales, humanos, constitucionales, básicos, no son para todos en México, pues, en muchas de las ocasiones, el propio Estado tiene esos derechos adormilados para algunos y se tratan de meras ilusiones ópticas. Desafortunadamente, sucede que en las sentencias, en las resoluciones judiciales, en los tribunales, se protegen derechos humanos violando derechos humanos para la exigencia de esos derechos, que es lo que se presentó con la reforma constitucional del 6 de junio de 2011, en donde se está obligando a los jueces, en el momento de resolver, a que dicten las sentencias “ponderando”, lejos de aplicar la ley, como era en el derecho enseñado en las escuelas y universidades; modo de resolución que consiste en determinar qué derecho se debe proteger en el caso en particular y cuál hay que dejarlo, en un caso específico, a un lado y para una mejor ocasión.
Con esa realidad que vivimos, es evidente que el EZLN siga vigente a 25 años de su levantamiento; sin embargo, son pocos los medios de comunicación ―como sucede siempre― que han informado respecto a la posición de los zapatistas ante la nueva administración pública. Por ello, resulta necesario acudir a la pagina electrónica del EZLN para conocer la posición que asumen respecto al gobierno federal actual (http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2018/08/21/300-segunda-parte-un-continente-como-patio-trasero-un-pais-como-cementerio-un-pensamiento-unico-como-programa-de-gobierno-y-una-pequena-muy-pequena-pequenisima-rebeldia-subcomandante-insurgent/).
En ese sitio, existe un manifiesto intitulado: “Un continente como patio trasero, un país como cementerio, un pensamiento único como programa de gobierno y una pequeña, muy pequeña, pequeñísima rebeldía”, Subcomandante Insurgente Moisés, Sup. Galeano, de fecha 21 de agosto de 2018. En él se plantea la posición del EZLN sobre esta nueva administración, se hace mención, entre otras manifestaciones, de lo siguiente: “Ustedes saben que todo el esfuerzo del Partido Movimiento de Regeneración Nacional y de López Obrador y su equipo, desde el 1º de julio, es por congraciarse con la clase dominante y con el gran capital. No hay ningún indicio (nadie se puede llamar a engaño), ningún indicio que diga que es un gobierno progresista, ninguno. Sus principales proyectos van a destruir los territorios de los pueblos originarios: el millón de hectáreas en la Lacandona, el Tren Maya o el corredor del Istmo que quieren hacer, entre otros. Su franca empatía con el gobierno de Donald Trump es ya una confesión pública. Su ‘luna de miel’ con los empresarios y los grandes capitales está representada en los principales puestos de su gabinete y en sus planes para la ‘IV transformación’… Pero ya nada de eso importa, el gran elector decretó: “Habemus Capataz, a seguir con los negocios”. Este nuevo pensamiento único va a suplir el argumento de la razón por el argumento cuantitativo: “30 millones no pueden equivocarse”.
Por esa última expresión, se puntualiza el riesgo de la existencia y hegemonía de un pensamiento único que, a decir del EZLN, no permitirá una reflexión distinta a la oficial, lo cual provoca una contravención a un Estado democrático. Y, si el argumento será que “30 millones de electores no se pueden equivocar”, en realidad lo que está sucediendo es que se pudiera confundir un Estado democrático con la denominada: “Oclocracia”, del latín “plebs”, plebe, opuesto a pueblo, y que significa, a decir de Enrique Dussel, el régimen de las masas manipuladas por los medios masivos de comunicación (Dussel, Enrique. “Carta a los indignados”, La jornada, México, 2011), es decir, que es el gobierno de los medios masivos de comunicación y que éstos son los que controlan el pensamiento de la población. En parte, a estos es a lo que se refiere el comunicado del EZLN, en cita, al sostener: “Pero lo que nadie quiere señalar es que hubo una especie de ‘madruguete mediático’. Es decir, no fueron ‘las instituciones’ quienes dijeron quién ganó, sino los medios”. Así, a 25 años de la sublevación del EZLN, hay muchas tareas que cumplir para conformar en México un verdadero Estado Constitucional Democrático de Derecho.
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